Félix de Jesús
Rougier (17 de
diciembre de 1859, Meilhaud, Francia — 10 de enero de 1938, México,
D. F.) fue un sacerdote católico,
fundador de varios institutos de vida religiosa, declaradovenerable por el Papa el año 2000.
Juventud
El venerable Siervo de Dios Félix de Jesús Rougier nació
el 17 de diciembre de 1859 en Meilhaud, Francia. Sus padres fueron Benedicto
Rougier y María Luisa Olanier. Tuvo dos hermanos: Emmanuel, quien inicialmente
fue misionero en Oceanía pero que más
tarde abandonaría el sacerdocio, y Estanislao, quien se distinguió por
ser un incansable promotor de acciones sociales, defendiendo a los agricultores
de su tierra.
Inicialmente, Félix Rougier había
pensando en ser médico. Sin embargo, su visión cambiaría radicalmente tras
conocer al obispo, Monseñor Eloy, quien había asistido ante el joven Félix y
más de 300 alumnos más, y les habló largamente de las misiones. Así, Félix sintió un deseo muy
intenso de hacerse misionero, que con el tiempo fue madurando. Ese día, de
entre más de 400 alumnos reunidos en el patio del colegio, solo él puso su mano
en alto para anotarse a las misiones.
Su lema era "Amar al Espíritu
Santo y Hacerlo Amar..."
Después de reflexionar en su vocación
como misionero decide entrar a las Sociedad
de María (Maristas) donde es admitido y reconocido por su obediencia y su
entrega feliz a su ministerio. Cuando se encontraba cerca de su ordenación
sacerdotal le vino una fuerte artritis en su brazo derecho, motivo por el cual
no podía ser ordenado ya que en aquel tiempo el disponer un buen estado de
salud era un requisito fundamental. Sin embargo, y tras dolorosas pruebas
producto de su enfermedad, es curado milagrosamente por San Juan Bosco quien más tarde le diría:
"Dios le hará ganar muchas almas". Don Bosco era conocido por su
capacidad de obrar hechos extraordinarios en las personas y con el P. Félix lo
hizo una vez más. Aunque no se le quitó del todo el problema del brazo, la
mejoría fue extraordinaria y se consolidó con el tiempo, salvando su brazo
derecho. Finalmente, pudo ser ordenado como sacerdote el 24 de septiembre de 1887.
Misionero
Su sueño era ser misionero en Oceanía,
pero inicialmente su envío allí se vio suspendido por su enfermedad en el
brazo. Sus superiores lo mandaron a Colombia, donde desarrolló una amplia labor
educativa e hizo frente a los retos de la "Guerra de los mil días".
Realizó un apostolado a nivel nacional recaudando alimentos y entregándolos a
la comunidad hambrienta. Asimismo, se dedicó a acompañar a los soldados en sus
últimas horas y momentos de enfermedad. Arriesgando su vida, iba en plena
guerra confesando y axuiliando a los heridos; incluso una vez defendió con su
capa a un cadáver que iban a profanar los enemigos.
En febrero de 1902 llega a México donde, el 4 de febrero de 1903,
se encuentra con la venerable Sierva de Dios Concepción
Cabrera de Armida quien, sin saber nada de él, le empieza a platicar en confesión
sobre ciertas cosas que sólo el padre Félix sabía de sí mismo. Luego la Sra.
Armida (quien tenía diversas gracias místicas) le platicó sobre las Obras de la
Cruz que ella misma había fundando, lo cual provocó un gran amor y respeto del
padre Félix para con estas obras. Al poco tiempo, Conchita Cabrera le anuncia
que Dios lo quería para que fuera el fundador de la quinta Obra de la Cruz, los
Misioneros del Espíritu Santo. Aceptó la invitación tras pedir los debidos
consejos a las diversas autoridades eclesiásticas.
Fundaciones
Cuando el padre Félix solicitó el
permiso de fundar la mencionada Congregación, se le denegó y se le prohibió
ocuparse de este proyecto durante 10 años. Esto provocó un gran dolor en él
pero se mantuvo firme con Cristo sabiendo que su labor daría frutos. Fue así
como por intercesión de Monseñor Ramón Ibarra y González, Primer Arzobispo de Puebla, el Vaticano concedió que Félix de Jesús Rougier fundara el 25 de
diciembre de 1914 en la Capilla de las Rosas en el Tepeyac, Ciudad de México,
la Congregación de Misioneros
del Espíritu Santo. Esto se realizó en plena persecución religiosa por parte del gobierno.
Con el paso del tiempo dio vida a tres
nuevos Institutos de Vida Religiosa: Las Hijas del Espíritu Santo (1924)
con el fin de trabajar en favor de la educación de los jóvenes, promoviendo en
ellos a todas las vocaciones dentro de la Iglesia; las Misioneras
Guadalupanas del Espíritu Santo como respuesta a las necesidades del
pueblo indígena y de los más necesitados, y las Oblatas de Jesús
Sacerdote con el fin de colaborar en la formación de los futuros
sacerdotes.
Félix de Jesús Rougier era reconocido
en su época como un santo porque amaba su sacerdocio, su misión, y nunca perdía
una oportunidad para trabajar en favor de un mundo mejor. Se adelantó a su
época dando un gran apoyo a los laicos, así como promoviendo diversos medios de
comunicación. Fundó la Revista la Cruz que se sigue editando.
Además de haber sido un buen egiptólogo, se dedició a la creación de colegios
y a la promoción de hospitales.
Muerte y Declaración de Venerabilidad
Tras una fuerte enfermedad, falleció el
10 de enero de 1938 en el Hospital
Francés de la Ciudad de México. Sus últimas palabras fueron: Con María
todo, sin ella nada. Sus restos mortales se encuentran en el Templo
Expiatorio Nacional de San Felipe de Jesús, en el Centro Histórico de la Ciudad
de México.
Fue declarado venerable por
el Papa Juan Pablo II en el año 2000. Su causa de beatificación ha sido iniciada.
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